La conservación de esquejes es una tarea muy responsable y difícil no solo para los jardineros jóvenes, sino también para los experimentados. Después de todo, la futura cosecha depende de la correcta cosecha y almacenamiento de las ramas de uva. ¿Qué reglas se deben seguir para que las plántulas sobrevivan al invierno?
Preparación de esquejes
Los esquejes exigen un manejo cuidadoso. La calidad de la pieza de trabajo afecta directamente a su seguridad en invierno. El final del otoño se considera el mejor momento para cortar la vid. Lo principal es llegar a tiempo antes de la aparición de las heladas en diciembre.
Es importante elegir las ramas correctas. Para este propósito, la vid de fruta es la más adecuada. Ella tolerará mejor el almacenamiento y dará buenos riñones. El grosor de la rama debe ser de 5 a 8 mm. Pero uno más grueso servirá. Lo principal es que el núcleo de la planta no esté suelto.
Debes elegir una vid sin ningún daño. Debe cortarse a una distancia de 2-3 cm del entrenudo. Se recomienda cortar ramas, cuya longitud varía de 70 a 140 cm. Es mejor almacenar estos espacios en blanco.
Preparación para almacenamiento
Factor claveconservación exitosa de las ramas de vid es el contenido de agua. Después de todo, durante el almacenamiento, pierden gradualmente la humedad, lo que reduce las posibilidades de un uso posterior. Por lo tanto, es recomendable preparar la vid inmediatamente después del corte.
Antes de colocar las ramas, deben tratarse con una solución de sulfato de cobre al 3%. Esto ayudará a prevenir el moho y las enfermedades fúngicas. Después del procedimiento, las ramas deben secarse bien para excluir la posibilidad de descomposición.
Métodos de almacenamiento
Hay varias formas efectivas de mantener las ramas de uva en la bodega. El objetivo de cada uno de ellos es mantener las plántulas húmedas.
El primero es bastante simple y adecuado para almacenar una pequeña cantidad de esquejes. Después de cortar las ramas, se deben envolver en un paño húmedo de material natural. La pieza de trabajo debe envolverse en una bolsa de plástico con varios orificios para ventilación. Aproximadamente una vez al mes deben inspeccionarse en busca de moho.
La segunda opción ayuda a salvar una gran cantidad de vides. Para su implementación, es necesario cavar un hoyo de 0,5 m de profundidad, en cuyo fondo se vierte una capa de arena. Las ramas conectadas se colocan en una zanja y se rocían con arena húmeda. El espesor de la capa debe ser de aproximadamente 7 cm, y encima otros 25 cm de tierra.
El último método también es bastante popular. Antes de colocarlas en el sótano, las futuras plántulas se colocan en bolsas llenas de aserrín húmedo. Esto le permite reducir el consumo de carbohidratos y mantener las ramas de las uvas húmedas.